• Menu
  • Menu

Visitando una granja de búfalas en Italia – Cómo se hace la mozzarella

Visitar Italia es deleitarse con su gastronomía, y uno de sus exponentes fundamentales que encontramos en la pizza, la pasta, la ensalada caprese… es la mozzarella, un queso blanco elaborado con leche de búfala.

Todos sabemos cómo es una vaca y su leche, pero ¿y las búfalas? Por ello decidí visitar una granja en mi visita a la Costa Amalfitana, para saber cómo se hace la auténtica mozzarella italiana, en Campania, el lugar donde nació.

Muy cerca de Paestrum, a una hora y media al sur de Nápoles se encuentra Tenuta Vannulo, una quesería especializada en mozzarella en la que crían a sus propios animales y producen no solo el queso, sino también yogurt, helados y pasteles elaborados con leche de búfala.

En el medio del campo, en una finca en la que han cuidado todos los detalles, organizan visitas todas las mañanas en las que te explican todo el proceso. La entrada cuesta 5 euros que se pagan al final del tour.

¿Cómo es una granja de búfalas?

En Tenuta Vannulo las protagonistas absolutas son las decenas de búfalas que viven en ella. Parecidas a una vaca, pero más grandes y calmadas, las búfalas de raza andina pasan el día en la granja como si estuvieran en un resort. En esta granja ecológica no utilizan antibióticos ni complementos alimenticios, las búfalas comen cuando quieren todo el heno que quieren, nadie las controla. También tienen fuentes que las refrescan del calor, música clásica para estar más tranquilas, masajeadores y rascadores, y paseos por el campo.

Todos esos cuidados tienen una razón de ser, y es que cuando más felices están, más y mejor leche producen. Cuando ellas lo desean también entran en los ordeñadores automáticos que les extraen la leche.  El resultado es que la leche de búfala de esta granja tiene una calidad inmejorable.

¿Cómo se hace la mozzarella?

Con la leche de búfala podemos ver cómo se elabora la famosa mozzarella. La cuajada se coloca en una cazuela con agua a más de 60 grados. La apariencia de esta masa caliente es la de un chicle enorme, que se estira fácilmente. Con él se forman las famosas bolas de queso, estirando la masa e hilándola hasta formar un ovillo. En la cocina podemos ver que es un trabajo muy complicado debido a la alta temperatura que tiene la masa cuando la manipulan. Finalmente las bolas de mozzarella son sumergidas en agua fría con sal que le ayuda a conservarse.

Una visita llena de detalles

La visita continúa con un paseo por el museo en el que se puede ver cómo eran los utensilios para ordeñar, para repartir la leche, labrar el campo hace más de cien años. Y un tour por el taller en el que tratan la piel para hacer bolsos, carteras o cinturones de manera totalmente manual.

Y para acabar nada mejor que degustar la mozzarella que fabrican a diario de forma ecológica y artesanal. Está tan buena que es inevitable que te quedes con ganas de más, por lo que más bien, el fin del tour acaba en su restaurante en el que lo más difícil es elegir qué manjar probar elaborado con leche de búfala: mozzarella, burrata, helados, panes, yogures, pasteles, nata…

Los precios de los helados y yogures están en torno a los 2-3 euros, por lo que no hay excusa para no probarlos.

Leave a reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *