Imagina una carretera flanqueada por la costa y las montañas, el aroma a limonero mezclado con el olor intenso a mar y la banda sonora de las olas. Esa imagen romántica es la Costa Amalfitana si comienzas la ruta en Salerno.
Cuanto más te acercas a la famosa Amalfi el efecto del turismo hace que la banda sonora sea los cláxones de los coches y el ruido de los turistas; admirarla es un poco más difícil, porque estarás esquivando coches, autobuses y motos en cada curva de esa estrecha carretera que forma la famosa Costa Amalfitana, y que ha sido nombrada una de las más bonitas del Mundo.
Lo mejor para recorrer esta carretera y tener la libertad de parar donde quieras cuando quieras es alquilar un coche. También existen rutas de autobuses, pero las frecuencias no son altas, y en verano no cabe un alfiler.
Mi ruta por la costa Amalfitana
Mi ruta comenzó en Salerno, una ciudad famosa por su puerto en la que un buen plan es perderse por su centro y darse un baño en la pequeña playa junto a él.
Después de cada curva peligrosa te da ganas de pararte a admirar los campos de limoneros que crecen en la ladera de la montaña o el mar Tirreno, con su azul intenso.
Lo mejor es tomarse el trayecto con calma y realizar pequeñas pausas siempre que podamos, ya que la carretera es muy estrecha y no siempre es posible.
En la ruta me encontré con Maiori, lugar perfecto para un baño en su playa de arena volcánica con vistas a la montaña. Esta pequeña ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO fue escenario de algunas de las películas de Bellini.
Muy cerca de Maiori nos encontramos a Minori, un poco más pequeña (3.000 habitantes), pero igual de bella. Detrás de una pequeña playa y un puerto, comienzan las estrechas calles del centro plagadas de fotografías del pasado en blanco y negro, que nos enseñan cómo eran sus antiguos habitantes. Es el mejor lugar para hacer una parada y comer una pizza recién hecha con vistas al mar a un precio asequible.
La siguiente ciudad de paso obligatorio es Atrani, otra joya patrimonio de la Humanidad cuyo puente da vida a muchas de las postales de la Costa Amalfitana. Bajo la carretera se encuentra una de las playas más grandes de la zona, y a sus lados un pueblo con encanto que bien merece un paseo.
Prácticamente al lado de Altrani está la famosa Amalfi, bonita pero demasiado masificada. Aparcar cuesta un mínimo de 5 euros por hora, los restaurantes son más caros y cada rincón está lleno de turistas de todo el mundo.
Amalfi fue en su día fue una de las cuatro Repúblicas Marítimas Italianas junto a Venecia, Genova y Pisa. Su monumento más famoso es El Duomo de San Andrea, un conjunto de edificios religiosos construidos al final de una larga escalinata. Aunque también es famosa su pequeña playa y su puerto desde el que se puede llegar a la Isla de Capri. En cada una de sus bonitas callecitas dispersadas por la colina encontrarás decenas de hoteles, tiendas de souvenirs y hoteles.
La última parada de la ruta es la famosa Positano, que por desgracia no pude disfrutar tanto como me hubiera gustado, ya que mi estancia allí fue de apenas unas horas.
Positano es probablemente el lugar más famoso de la costa Amalfitana, de hecho muchos turistas es la única ciudad que visitan de la ruta.
A Positano se le conoce como el pueblo de las escaleras, porque es imposible recorrerlo sin subir y bajar los innumerables escalones con los que se comunican sus calles. A lo largo de la montaña se distribuyen las casitas de colores con vistas al mar azul cristalino, lleno de yates en verano.
Las playas más importantes son la Spiaggia Grande y la playa de Fornillo, en la que me pude dar un baño con vistas a la ciudad. No son grandes playas, pero sus vistas son las que marcan la diferencia.
Aunque yo no pude probarla, la gastronomía de Positano se basa en el mar: espaghetis con almejas, mariscos, y pescado fresco.
VIRCONSEJO: No vayas solo a los lugares más turísticos como Amalfi o Positano, disfruta del encanto de todos los pueblitos que te encontrarás en la carretera.
VIRCONSEJO: Ten mucho cuidado al volante, ¡allí conducen a la italiana!
VIRCONSEJO: ¡Come, come y come! La gastronomía italiana es un placer para los sentidos.
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