Una semana de ruta por los Dolomitas es un placer para los cinco sentidos. Este verano he tenido la suerte de recorrer durante 7 días esta parte de Italia no tan conocida. Los Dolomitas tienen una belleza difícil de describir, que no tiene nada que envidiar a los paísajes Suizos, Austriacos o a los Alpes franceses.
Durante una semana recorriendo los Dolomitas en coche, tuve la suerte de visitar lugares increíbles, conocer gente bonita y disfrutar de su gastronomía.
Si quieres saber cómo fue mi ruta en coche por los Dolomitas, y coger ideas de qué hacer la próxima vez que los visites, aquí te dejo toda la información.
Primer Día – Trento
Aunque la región de los Dolomitas históricamente está más ligada al Imperio Austrohúngaro, y lo puedes sentir en su arquitectura, cultura, historia… Trento es una bonita excepción. Una ciudad en la que se respira Italia, en la que perderse por sus callecitas con casas de colores, disfrutar de sus grandes plazas, palacios y su majestuosa fuente de Neptuno. Es la puerta a los Dolomitas y bien merece no ser solo eso, sino que le dediques un tiempo a recorrerla, disfrutarla y “comerla”. Sus panaderías y restaurantes seguro que no te defraudan.
Segundo Día – Lago di Carezza
El lago di Carezza es de acceso súper fácil, ya que está muy cerca de la carretera. Sus aguas cristalinas en las que se reflejan los árboles te dejarán boquiabierto. A pesar de viajar en verano, no está tan masificado como te imaginas, y pude recorrer el camino que lo rodea e incluso parar para un picnic con vistas sin ningún problema de aglomeraciones. No te llevará mucho tiempo hacerlo, pero te aseguro que merece mucho la pena.
Tercer día – Sezeda
A 2.500 metros se eleva la cadena montañosa de Seceda, una de las más emblemáticas de los Dolomitas. Para llegar allí tendrás que coger un teleférico y después un funicular, que cuestan 45€ por persona ida y vuelta, pero te aseguro que merecerá la pena. Una vez arriba, además de disfrutar de las vistas, puedes hacer varias rutas de trekking, aptas para todos los públicos, o coger un telesilla hasta el valle. Además hay refugios en los que parar a comer o a tomar algo.
El teleférico de Sezeda se coge en Ortisei, un pueblito que te recordará más a Austria que también merece la pena visitar.
Cuarto día – Alpe di Siusi
Alpe di Siusi es mi lugar favorito de los Dolomitas. Cuando llegas allí no te imaginas la envergadura del valle, ni su belleza. Tuve la suerte de alojarme cerca, y poder verlo tanto durante todo el día como al atardecer, y el color anaranjado que adquieren sus montañas en ese momento es algo que te recomiendo que no te pierdas.
Las rutas de trekking por la zona son todas de una belleza excepcional, y podrás experimentar diferentes tipos de paísajes. Las puedes hacer caminando o en bici.
Quinto día – Val di Funes
Cuando te viene una imagen a la cabeza de Dolomitas, suele ser una iglesia en medio de un campo verde idílico, digno de un capítulo de Heidi. Si quieres vivir esa estampa tienes que ir a Val di Funes, pero te garantizo que la experiencia no tiene tanto de idílico.
La famosa iglesia es la Iglesia San Giovanni in Ranui, que hay que pagar para verla, y del prado que ves en las fotos, solo puedes caminar por un pequeño camino que te lleva a ella. Casi mejor verla desde lejos, desde alguno de sus miradores. Hay muchas más iglesias en la zona de belleza similar, y sin tanta restricción.
Muy cerca te encuentras con la otra iglesia de visita obligada, Santa Maddalena.
Sexto día – Lago di Braies y Lago di Liandro
Si hay una recomendación que nos dijeron a lo largo de todo el viaje fue que madrugamos para ir al Lago di Braies, y así lo hicimos. Y por ello te digo a ti que no merece la pena. Al amanecer al lago no le da la luz del sol que hace que se vea del azul espectacular que has visto en instagram. Es mejor llegar más tarde, vas a encontrar sitio en el parking igual, y la cantidad de gente en el camino que lo rodea va a ser la misma. Si tienes la suerte de que hace bueno, también puedes atreverte a llevarte el bañador y bañarte en a pequeñita playa que hay.
No muy lejos puedes seguir la ruta hasta el Lago di Liandro, en el que sí que verás que no está nada masificado, los locales se bañan en sus aguas frías y su belleza no tiene nada que envidiar al resto de lagos más famosos.
Sexto día – Tre cime di Lavaredo
Si hay un trekking mítico en Dolomitas ese es el de Tre cime di Lavaredo. Es en el que vimos más gente, sin llegar a estar masificado. Llegar arriba puede ser una odisea, así que aquí va mi VIRCONSEJO: Madruga y aparca pronto antes de subir al refugio de Auronzo. Aunque se supone que se puede subir hasta las 9am en coche, se atasca muchas horas antes y el parking de arriba se llena y cierran el paso. Es mejor aparcar abajoy coger uno de los buses que sube continuamente al refugio.
La ruta por Tre cime di Lavaredo es quizá la más rocosa de todas las que hicimos, la compartirás con vacas y las vistas, como en todos los Dolomitas, te dejarán maravillado. Hay rutas para distintos niveles.
Octavo día – Dejamos Dolomitas y partimos a Verona
Llega la hora de dejar la zona de Dolomitas y qué mejor broche para este viaje que acabar la ruta en Verona.
Me quedaron lugares increíbles por conocer como el Lago de Sorapis, pero eso ya quedará para una próxima aventura…
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