Milán es una ciudad que ofrece una amplia variedad de planes tanto diurnos como nocturnos.
En este post quiero deciros el que a mi me parece uno de los mejores, desde el punto de vista de una turista que solo pasó un fin de semana en Milán, seguramente un milanés podría deciros un plan diferente, pero mi recomendación seguro que os es de utilidad igualmente.
Pasear por Navigli
Navigli es el barrio de Milán que antes servía para conectarlo con el mundo gracias a los canales que lo recorren, y que servían para transportar mercancías en barco. Gracias a esos canales pudieron transportar el mármol que sirvió para dar forma al Duomo. Dichos canales se conocen como Naviglio Grande y Naviglio Pavese, y aunque desde 1929 perdieron su utilidad, ahora sirven para convertir en mágica esa zona de Milán gracias a su encanto.
Pasear por la orilla de los canales es sumergirse en una zona bohemia en la que encontramos artistas y coquetos restaurantes. De visita obligada es el Callejón de las lavanderas (Vicolo delle Lavandai), donde antes se reunían las mujeres a lavar la ropa y arreglar el mundo. Hoy es un rincón que conserva el encanto de otra época, y en el que además podemos disfrutar de un mercadillo los sábados.
Los canales están iluminados con cientos de bombillas, lo que le da al barrio una atmósfera romántica, en la que apetece pararse a tomar una copa en uno de los muchos bares de la zona o cenar en uno de sus diversos restaurantes. Además, si el tiempo lo permite, sus terrazas son la mejor opción para pasar la noche rodeado de locales que acuden allí, especialmente los fines de semana, para disfrutar de la vida nocturna de la ciudad.
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