¿Cómo te imaginarías un castillo de algodón? Blanco, grande y esponjoso ¿verdad? Así es Pamukkale, cuya traducción es exactamente esa “castillo de algodón”.
Toda una ladera nevada, sin nieve, en la que caminar descalzo sintiendo el calor de las aguas termales que descienden por ella. Hace cientos de años los terremotos hicieron que empezara a emanar de las montañas aguas termales ricas en cal de creta, un sedimento blanco con el que hacen por ejemplo las tizas. Con el paso de los siglos se ha convertido en un paraíso congelado sin necesidad de nieve ni hielo.
Pamukkale en invierno
Todas las fotos y vídeos que había visto de Pamukkale se hicieron en verano y mostraban sus piscinas termales atestadas de gente de todo el mundo en bañador remojándose y posando. Nada que ver con lo que yo me he encontrado, mi experiencia en noviembre ha sido muy diferente. Durante la mayoría del tiempo he tenido la montaña casi para mi sola. La he recorrido descalza (es obligatorio quitarse los zapatos a la entrada) y he sido feliz metiéndome en las piscinas que se forman en las terrazas con agua calentita. Aunque la mayoría de terrazas no tenían agua, el agua cristalina y azulada de las que sí estaban llenas compensaban de sobra su vacío.
En la cima, aparte de encontrar Hierópolis, las ruinas de una antigua ciudad romana, también puedes disfrutar de una experiencia inigualable: bañarte en una piscina de agua termal transparente cuyo fondo está lleno de columnas antiguas: la piscina de Cleopatra.
Mientras fuera no dejaba de llover, dentro del agua he disfrutado de un baño a 37 grados centígrados del que no quería salir aunque estuviera más arrugada que una pasa después de dos horas en remojo.
Al atardecer he dejado Pamukkale sintiéndome como Elsa de Frozen por última vez hasta que la niebla ha hecho desaparecer las terrazas, la montaña y a los pocos turistas que quedaban.
Información práctica
Si alguno de vosotros quiere vivir esta bonita experiencia os dejo unos cuantos datos prácticos.
¿Cómo llegar a Pamukkale?
Tienes que viajar hasta Denizli, la ciudad más cercana. Puedes ir en avión o puedes llegar en autobús desde Estambul por 100 liras, eso sí el viaje es de unas 11 horas. En la estación de autobuses de Denizli, un minibús te llevará a Pamukkale, un pueblo pequeñito, por 4 liras (60 céntimos aproximadamente). Desde el pueblo puedes llegar a la entrada del Parque Natural de Pamukkale caminando, no hay pérdida porque la enorme montaña blanca se ve casi desde cualquier lugar y porque a cualquiera que le preguntes te indicará amablemente.
¿Dónde alojarte en Pamukkale?
El pueblo está lleno de hoteles de distintas categorías. No te será difícil encontrar uno que se adapte a tu estilo y a tu presupuesto. Yo me quedé en Anatolia Hotel y me costó 14 euros la noche en habitación doble.
¿Cuánto cuesta la entrada a Pamukkale?
La entrada a Pumukkale cuesta 50 liras (8,50 euros aproximadamente), y a partir de la hora de cierre puedes entrar gratis.
La entrada a la piscina de Cleopatra cuesta también 50 liras.
¿Qué horario tiene Pamukkale?
En temporada baja el horario de apertura es de 8 am a 5 pm, y en verano de 8 am a 9 pm. A partir de la hora de cierre la entrada es gratis.
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