¿Cómo te imaginarías un castillo de algodón? Blanco, grande y esponjoso ¿verdad? Así es Pamukkale, cuya traducción es exactamente esa “castillo de algodón”. Toda una ladera nevada, sin nieve, en la que caminar descalzo sintiendo el calor de las aguas termales que descienden por ella. Hace cientos de años los terremotos hicieron que empezara a emanar de las montañas...