Atrás han quedado los años en los que Pablo Escobar se movía a sus anchas, cada calle podía esconder un peligro y las persecuciones estaban a la orden del día.
Hoy la Comuna 13 es un símbolo de la esperanza y de que el pasado no tiene por qué definir el futuro. Se ha convertido en una parte de la ciudad de Medellín moderna, bohemia y urbana, en la que perderse a cualquier hora ya no es un peligro, sino un placer. El único atisbo que queda de Pablo Escobar, está en su cara impresa en las camisetas de las decenas de tiendecitas para turistas extranjeros que hay en la subida a la montaña.
La Comuna 13 ahora es un lugar al que cualquier turista que visite la ciudad colombiana, ha de ir obligatoriamente. En ella, podrá disfrutar del arte que desprenden sus paredes, llenas de graffitis coloridos de los que querrás hacer mil fotografías. Pero el arte no solo está en la calle, también puedes visitar distintas salas de exposiciones.
Además, puedes subir a la cima sin cansarte, gracias a sus escaleras mecánicas. Sí, has leído bien, hay unas escaleras mecánicas, ya te había avisado de que ahora es un símbolo de la modernidad y la mayor muestra de ello son esas escaleras que se abren paso entre las callecitas estrechas llenas de difícil acceso. Son las únicas del mundo que se instalaron en una zona marginal.
Otra visita obligada muy cerca de los pies de la escalera es Cremas Doña Consuelo, en la que probar los helados más ricos de la Comuna. Este pequeño establecimiento ha ganado distintos premios, y te darás cuenta de que son todos bien merecidos cuando pruebes su helado de mango biche o maracumango servido en un vaso con jugo de limón, sal y pimienta en el que hay que mojarlo antes de degustarlo.
Para terminar, nada mejor que disfrutar de las vistas de la ciudad desde su cima, desde las que se ve todo Medellín a vista de dron, sin necesidad de tener uno. Paseando por allí puedes comprar artesanías o disfrutar de una picada, una bebida, o simplemente del espectáculo que ofrecen los distintos shows en los que puedes convertirte en el protagonista de sus letras improvisadas.
El lado negativo
Como todos los lugares que se convierten en turísticos, hacen que quien vive allí disfrute de las mejoras, pero también tenga que sufrir los inconvenientes. No todos los habitantes de la Comuna están contentos de que un turista les haga fotos al asomarse a la ventana de su casa, salir a su terraza a tender la ropa, o sentarse al fresco. Así que si la visitas, sé respetuoso, porque no es una atracción turística, sino un lugar en el que vive gente que tiene derecho a que se la respete.
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