Uno de mis viajes veraniegos me llevó hasta la Ciudad del Támesis, en la que pude descubrir los lugares turísticos por excelencia, sin perder de vista los pequeños detalles, su multiculturalidad y los sitios no tan conocidos.
Seis días me han bastado para conocer un poco más Londres, ya que en mi visita express de hace dos años en la que tuve sólo 24 horas para hacer un recorrido contrareloj por los sitios más emblemáticos me quedó mucho por descubrir…
Un paseo para no perderse
Aunque Londres sea una ciudad en la que viven más de ocho millones de personas, la mayoría de las grandes atracciones turísticas se pueden visitar recorriendolas a pie y disfrutando, tanto de las vistas, como del paseo.
Muchos hoteles se concentran en la zona de Victoria Station, que es donde yo me alojé, y es un sitio ideal para empezar la ruta turística a pie. En Victoria Street encontramos la Catedral de Westmister, que no la Abadía, que la encontramos si continuamos caminando y la reconoceremos por su inconfundible torre del reloj, el Big Ben.
Desde allí podemos cruzar el puente y llegar hasta el London Eye que es visita obligada, o continuar hasta Trafalgar Square pasando por Downing Street, donde reside el Primer Ministro.
Al lado de Victoria Station también podemos empezar otra ruta a pie que nos lleve hasta Buckingam Palace para contemplar el tradicional cambio de guardia (que en verano no se realiza a diario), y después continuar hasta el pequeño paraíso natural en medio de la gran urbe que es Hyde Park.
Un puerto en mitad de la ciudad
Cruzando por debajo del London Bridge, y despues de la visita obligada a la Tower of London con sus Beefeaters, encontramos un pequeño puerto: Saint Katharine’s Docks, que en su día fue uno de los muelles más concurridos de la ciudad desde el que entraban las más variadas mercancías, y hoy se ha convertido en una zona de ocio y residencial.
Pasear por allí es un auténtico placer para los sentidos por su estética y por la tranquilidad que ofrece, ya que no es una zona muy transitada.
De compras
Os aconsejo que cuando vayais dejeis un hueco en la maleta, sobre todo si
viajais con una compañía de bajo coste, ya que las gangas de los Mercados de Portobello, Candem, Stables Market e incluso si os gusta lo Vintage, el Mercado de Spitafields y sus alrededores son muy tentadores, y si no sois previsores acabareis cerrando la maleta a presión porque ya no da más de sí después de las últimas adquisiciones…
Si sois más tradicionales y preferís una calle comercial que abre todos los días de la semana en la que encontrar desde Primark, Topshop a tiendas de deportes o pequeños comercios vuestro lugar es Oxford Street. Allí también podreis dejar temblando la tarjeta de crédito.
Mi recomendación personal cuando paseis por allí, es que os acerquéis a Regent Street y visitéis la juguetería Hamleys, aunque no seais niños, merece la pena.
Abre los ojos
Monta en un autobus rojo de dos pisos, come Fish and Chips, tómate una pinta y prueba el pimms, hazte la típica foto en la cabina roja, visita la Tate, el British Museum y la National Gallery, pero sobre todo abre bien los ojos, porque si no lo haces te perderás la multuculturalidad, los locales típicos, los lugareños y todas esas cosas que no aparecen en las guías de viaje.
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