No tengo palabras para describir cómo es visitar el campo de concentración de Auschwitz. Es un lugar que todos conocemos que existió, que hemos visto cientos de veces antes en películas, documentales etc. Hemos estudiado esa historia una y otra vez en el colegio, instituto… y todos sabemos exactamente qué hizo el ejercito nazi con los judíos y con sus prisioneros de guerra en esos campos de trabajo forzado y exterminio.
Pero una cosa es saberlo, y otra muy distinta verlo en primera persona y en real, no con actores y decorados artificiales, no a través de una pantalla…
Desde el primer momento en el que atraviesas la puerta del campo de concentración de Auschwitz sobre la cual pone con un horrible sentido del humor nazi “el trabajo os hará libres” sientes que estás en un lugar en el que han ocurrido las más terribles desgracias, se puede sentir en el aire.
El día de mi visita no dejó de llover, como si el clima quisiera acompañar a lo gris que ya es el ambiente incluso en un día soleado.
Ver las montañas de maletas apiladas, las decenas de zapatos sin dueño y las imágenes de los presos con sus trajes de rayas y las fechas de entrada en el campo y las fechas de salida de él sin vida han sido lo que más me ha encogido el corazón en mi recorrido por el campo de concentración.
Aún no puedo creer que hace menos de setenta años que esos campos estaban ocupados, que miles de personas pasaron por ellos llegadas de toda Europa para tener un trágico final.
Es el tour turístico más duro que he hecho, no solo en este viaje, creo que en toda mi vida. Pero creo que es fundamental hacerlo si se tiene la oportunidad para entender una parte de la historia que ojalá que no se repita nunca.
Mi recomendación es que lo hagáis con un guía en vuestro idioma para entenderlo todo, para que os expliquen bien todo lo que allí aconteció y que podáis apreciar de verdad donde estáis. Aparte de la explicación tendréis algo de tiempo libre para poder vivir la experiencia a vuestra manera paseando libremente, ya que para cada persona las sensaciones son distintas.
Hay decenas de tours y son todos muy parecidos, por lo que no os voy a recomendar ninguno, simplemente seleccionar el que sea más barato, os encaje mejor su horario y tenga mejores opiniones en Internet; ese fue mi criterio a la hora de elegir y creo que merecieron la pena los 37 euros que me costó.
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