Hablar de Croacia es hacerlo del Mediterraneo, del Imperio Romano, de Juego de Tronos y desgraciadamente también, de la Guerra de los Balcanes.
Es un país pequeño, pero lleno de lugares que explorar. Me encantó conocerlo, y hoy quiero compartir contigo mis imprescindibles tras un road trip en el que lo recorrí de Oeste a Este.
Cualquier pueblito costero de nombre impronunciable.
Si vas en coche aprovecha para parar en cualquier pueblecito que te encuentres, en el que seguro que descubrirás algo que te sorprenda. Yo lo hice, y pude bañarme en playas escondidas llenas de locales, disfrutar de su gastronomía e incluso conocer su ¡isla del amor!
Parque Plitvice
Visita obligada es el Parque de Plitvice con sus impresionantes lagos y cascadas. Si vas a ir te recomienda madrugar, especialmente si vas en temporada alta, tanto por el calor como porque es mejor disfrutar de la experiencia con menos gente. Caminar por sus senderos bordeando sus lagos, recorrer en barco el lago Kozjak, son experiencias que se viven mejor si no vas esquivando personas a tu paso.
Zadar
En la costa Oeste está Zadar, una ciudad pequeña en la que su principal atracción es su órgano marino. A la orilla del mar han creado unas escalinatas en las que disfrutar de la vista, especialmente al atardecer, mientras escuchas como las olas del mar se cuelan en unos orificios creados específicamente para crear sonidos como si fuera música marina. Pero Zadar es más que eso, un paseo por su casco histórico merece mucho la pena. Saludos al Sol es una instalación de paneles solares que se iluminan al atardecer y crean un espectáculo de luces espectacular.
Zagreb
Aunque no es de las ciudades más conocidas, sí que es de las que tienen los vuelos más baratos, así que quizá hagas una parada obligatoria en ella. En Zagreb vas a sentir como si estuvieras en Viena o Budapest. La ciudad es conocida por su arquitectura austrohúngara y sus museos, que merecen mucho la pena si tienes tiempo para visitarlos. Cabe resaltar elMuseo de Arte Contemporáneo y el Museo Mimara.
Split
Mi sitio favorito de toda la ruta fue Split. Cuando llegas te encuentras una ciudad moderna, pero según te acercas a la costa y al casco histórico parece que te teletransportas a la antigua Roma. Y no es de extrañar, porque perteneció al Imperio Romano y fue el enclave perfecto que eligió el emperador romano para construir su palacio en el siglo IV. Es el corazón del casco antiguo de Split y es una maravilla arquitectónica, que sorprende que siga en pie tras la Guerra de los Balcanes.
De su puerto salen todos los barcos que van a las islas de la costa dálmata, pero yo disfruté mucho más perderme en sus calles empedradas y plazas, tomar algo en sus multiples terrazas y disfrutar de las vistas.
Dubrovnik
La “Perla del Adriático”es una ciudad amurallada increíble en la que en cuanto cruzas alguna de sus puertas, sientes como si hubieras viajado al pasado. Es fácil entender por qué es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y por qué fue elegida como escenario para varias de las escenas míticas de Juego de Tronos. Es la ciudad perfecta para caminar, tanto de día como de noche, y perderse en sus estrechas calles de piedra. Incluso, si te atreves, puedes darte un baño a los pies de su muralla o disfrutar de las vistas desde un paseo en barco.
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